martes, 22 de diciembre de 2015

Pinceladas de escritura 2. No lo expliques, muéstralo.




Pinceladas de escritura II


No lo expliques, ¡muéstralo!

Una imagen vale más que mil palabras. Esta expresión tan conocida es muy útil a la hora de narrar una escena. Sí, narrarla con imágenes y no sólo con palabras. O mejor dicho, convertir tus palabras en imágenes. Ése debe ser el objetivo.
Para el receptor de un mensaje, sea lector u oyente, siempre es más impactante visualizar una escena que escucharla. Eso dicen los sabios. Pues como narradores vamos a tratar de mostrar nuestras escenas en lugar de explicarlas.

Para ello os recordaré que en la primera Pincelada de Escritura os hablé de lo inútil que resultaba acumular adjetivos. Veámos con un ejemplo lo que decía en aquella entrada: Si queremos transmitir la sensación de frío, por muchos sinónimos que acumulemos la sensación no va a ser mayor.
El día estaba helado, frío, glacial…Y gélido… Y congelado. Y todo lo que yo quiera. Pero la temperatura sigue siendo igual desde el segundo sinónimo. No sé si te habré transmitido una sensación de frío mayor con cada nuevo adjetivo. Yo creo que no.
Eso sería contar o explicar un hecho; en este caso, que hacía frío.
¡Muéstralo! Denis_DefreyneCC_BY_2_0
Pero para mostrar el frío, y que el receptor de tu mensaje lo sienta como propio, lo primero es crear la escena alrededor de algún elemento próximo. Algo concreto. Algo que el lector/oyente/jugador pueda “ver” con todo lujo de detalles. ¿Un botón de su abrigo recubierto de escarcha? ¿El vaho que se crea al hablar? ¿El sonido de sus muelas castañeteando? Podemos usar cualquier elemento, pero recomiendo empezar por los sentimientos del propio personaje hasta que dominemos un poco esta técnica (roleros del mundo: esto podéis hacerlo en vuestras partidas para dar protagonismo a los jugadores, focalizad las sensaciones en personajes concretos, individuales, y no en todos ellos). Empieza diciendo que “se cubrió con la última manta y aun así, seguía temblando. Ya no quedaba vodka en la botella, ni botones que abrochar. Los dientes repicaban en su boca y los huesos pedían salir corriendo antes de quebrarse”. En este fragmento no menciono la temperatura, tampoco empleo la palabra frío en ningún momento, ni he usado sinónimos. Pero creo haber transmitido mayor sensación de frío que en la acumulación de sinónimos anterior.
Esto sería mostrar que hacía frío, y no contarlo.
Puedo ser un narrador de corte enciclopedista y dar miles de datos sobre una situación, un lugar o un personaje, puedo convertirme en un narrador omnisciente. O puedo explicar esa situación o ese lugar, desde los ojos de uno de los personajes, mostrando qué sensación le produce, cómo lo vivencia.
Explicar la sensación, o mostrarla. Yo sin duda prefiero lo segundo.
Lo que importa son los pequeños detalles que nos afectan a cada uno. No hagamos macroeconomía para describir sensaciones, el clima, lo tenebroso que es un lugar, lo repulsivo que es un monstruo… Muéstralo, no quiero datos, quiero que se me mueva algo dentro de la tripa, y usa a los personajes para ello. Hacerlo así dará mejores resultados para mostrar el entorno integrando a los protagonistas de tu historia.